viernes, 15 de febrero de 2013

"Lo Bueno se hace esperar"

Vivo en Madrid, una ciudad en la que tener todo en el momento es primordial. Miles de personas corriendo de un lado a otro, entrando en depresión al perder el tren de las 8:05 a.m, los McDonalds se forran con todos esos seres humanos hambrientos y con prisas. Todo rápido, todo en el momento. La Selva Madrileña.  El tiempo, el tiempo y el tiempo...la sensación de que pasa volando, el horario, la rutina....realmente te pones histérico cuando una persona te roza, te grita y tú le gritas...perfecto contaminación acústica aumentando.
Ese ritmo de vida llega a afectar a nuestra relación con Dios, él se toma su café mientras está disfrutando de la belleza del Universo, nosotros como niños le decimos: ¿Para cuándo esto? ¿Para cuándo aquello? Dámelo YA YA YA YA YA YA!!! Somos tan impacientes que tomamos decisiones desesperadas que sólo  nos perjudican a nosotros mismos...como cuando crees que en la Renfe tardas menos y esperas lo mismo que si hubieras hecho tras-bordos (momentos en los que te tiras de los pelos). Nuestro reloj corre y nuestra paciencia se disipa minuto a minuto...pero Dios no funciona así, él no tiene un despertador, un horario, sólo tiene promesas que cumplirá en el momento oportuno, cosas buenas para unos hijos que saben esperar y confian en él . Esperar en Dios es incluso más delicioso que hacer una tarta: no sólo puedes disfrutar del chocolate o las fresas de la preparación, sino que el resultado final es ¡OH MY GOD! Espera...y mientras lo haces tómate un chocolate con churros :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario